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sábado, 15 de enero de 2011

Mi Jardín

Estaba demorando, sabía que esa tardanza me saldría cara, hoy me asomé al jardín y no había otra cosa que hacer sino trabajar. Esa otrora hermosa grama, sin maleza es ahora un desastre, está invadida por una suerte de trepadora llamada lochita (no se su nombre científico) que va penetrando el suelo creando un entramado que estrangula la grama y la va aniquilando, tragando par de rumalaya (medicina ayurvédica) porque el cuerpito ya se resiente,  pies en el suelo, como me gusta, bien plantada con mis enormes pies y manos desprovistas de guantes, no sirven en este caso, porque hay que meter los dedos en la tierra e ir tratando de arrancar a ésa,  comienza la árdua tarea. Ella no es mala, ya la conozco!  he oído decir que hasta sirve para oxigenar el cerebro, pero yo no la quiero, es más estoy convencida que todos deberían tener un jardín porque estar en uno haciendo las labores que requiere es una especie de meditación en movimiento, como en el taichi.  A medida que avanzo  en el intento porque sé que no podré eliminarla toda hoy, se necesitan varias sesiones, voy dejando al descubierto muchas de sus ramificaciones y me pregunto que tratamiento le daré?  cual es el remedio necesario?..... por mi mente paso la imagen de una nena que jugaba en el balcón de la casa en la que vivía, con una muñeca muy peque, con una larga y hermosa melena  pelirroja, venían dentro de un frasquito de plástico como de perfume. En ese espacio su madre tenia muchisimas matas sembradas en latas, ella se transportaba dentro de ese follaje que contenía musgo, verdor que llamaba mucho su atención  y  jugaba largas horas......... 

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